Daniel estaba en el tuenti de Nadia, su novia, cuando de repente vio que alguien le hablaba. Se trataba de un amigo de Nadia al cual no conocía, miró su tuenti y vio un chico atractivo y sonriente en sus fotos. Pensó que sería como todos y que aquel chaval no se iba a conformar solo con la amistad y desconfió de él. Pero no solo de él sino que también estaba desconfiando de Nadia al pensar que aquel chico podría causarle dudas en algún momento y apartarle de su lado. Es más, desconfió de sí mismo al pensar que no podía competir con aquel chico que saludaba de forma simpática y eso le preocupó. Las dudas estaban sembradas en su cabeza, decidió hablarle de malas formas al chico para que pareciera que Nadia se enfadaba con él y más tarde le bloqueó el tuenti, la maniobra perfecta, Nadia no sabría jamás porque su amigo no se volvería a conectar y aquel chico pensaría que Nadia se habría enfadado con él y que le había bloqueado del tuenti. Creía que les estaba engañando, pero en realidad solo se engañaba a sí mismo al no ser capaz de admitir que su novia tuviera amigos y desconfiar de ella, y además de eso mentirle. Quien sabe cuánto tiempo pasará hasta que Nadia, inocente chica ingenua, se dé cuenta de que tiene a uno de los amigos que más risas le había dado bloqueado, y quién sabe si algún día llegará a ver junto a quien está pasando su tiempo y de cuantas formas le ha engañado hasta ahora. Mientras que llega ese día al chico que se quedo a cuadros frente al ordenador al ver como su amiga se enfadaba con él sin ningún motivo solo le queda aprender a vivir sin ella y dejar que el tiempo pase.
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