empezó

Hace algún tiempo, un chico de alma noble al que la vida le había jugado alguna que otra mala pasada veía la vida sin ningún tipo de motivación, sin nada a lo que aspirar. Entristecía cada vez que veía como las empresas se aprovechaban del arte escrito, de la música, del cine, buscando en el arte el beneficio económico dejando de lado la ética y la moral característica de los artistas. Tras observar el mundo durante tanto tiempo tenía mucho que decir y poco a poco empezó a escribir en un blog bajo un seudónimo en el que solo unos pocos se asomaban de vez en cuando para leer lo que publicaba. Y tras 40 escritos no han cambiado las cosas, pues el chico sigue entristeciendo al verlas injusticias del mundo, pero empieza a ser más alegre pues ve como sus escritos son escuchados y como una inmensa minoría comparte sus ideas. Y así empezó todo y ya tras un tiempo transcurrido nadie sabe como va a acabar.
Behind the wisdom

El dia de San Valentín

Llegó el día de los enamorados, San Valentín, y todo el mundo tenía cosas que hacer, y la pequeña Laura, aunque ya mayor, se dio cuenta que se había sobrepasado el límite y que había más gente intentando follar que intentando hacer el amor... Jamás volvió a ser aquella chica inocente.

más allá de las aulas

Nos vemos obligados a aprender si queremos llegar lejos en la vida y en ocasiones sobra con la obligación para generar un rechazo hacia una de las cosas más bellas y fascinantes que las personas podemos hacer. Terminamos quemados, agobiados de recibir diariamente, de forma obligada, nuestra programada dosis de conocimientos. Y al terminar la jornada, agotados, buscamos la forma de desconectar y nos quedamos con lo que nos han dado, dejando de lado la oportunidad de aprender muchas más cosas que la vida nos ofrece. Desconectamos delante de un televisor, hablando por internet, saliendo de compras...
Apenas el 20% de lo que nos obligan a aprender nos será útil a la hora de desarrollar nuestras futuras tareas sean cuales sean. La utilidad de enseñarle a un notario raíces cuadradas, la utilidad de enseñarle a un físico nuclear la sucesión de un trono allá por el siglo XV. Y no son pocas las ocasiones en las que el estudio de materias que no nos agradan hace de lastre y nos hace perder el tiempo que podríamos dedicar a obtener y desarrollar los conocimientos de lo que nos guste aprender, que por el mero hecho de agradarnos, seguro que terminamos asimilando mejor. Por eso la visión de un mundo en el que se valore el estudio y cada uno se vea llamado a desarrollar su talento de forma independiente en aquello que prefiera resulta mucho más atractiva que la visión actual que tenemos de los sistemas educativos que no solo nos impone unos estudios que no tienen porque gustarnos sino que nos desgasta y nos limita a la hora de aprender más allá de las aulas.

La vida es lo mejor que jamás nos podrían haber dado, sin embargo, se termina desaprovechando de todas las maneras posibles.

Behind the wisdom.

Más facil

Se hace un poco complicado debatir sobre este tema y no se con que frecuencia se repetirán los casos en la sociedad, pero siento como si muchas personas nos auto-engañáramos viviendo de lo que podría haber sido, poniendo excusas y dando por hecho que lograríamos aquello que quisiéramos si...
Más excusas, también sacaría todo matrículas si dedicara mas tiempo, también seria jugador profesional si tuviera un buen representante, también tendría un mejor trabajo en otro país. Y nos anestesiamos con estas excusas y con estas inciertas sugestiones porque es mucho más fácil vivir de lo que podría haber sido, aunque la realidad es distinta, pues nosotros elegimos en muchas ocasiones y nos atenemos a las consecuencias, entonces nos mentimos a nosotros mismos y eso nos ayuda.
Lo peor de todo no es que intentemos hacérnoslo más fácil al engañarnos a nosotros mismos, tampoco que vivamos con miedo a fracasar, sino que en el fondo terminamos por sentir el miedo al triunfo y que esto derive en nuevos engaños, nuevas mentiras, nuevas ilusiones, y otra vez más fácil, y otra vez vuelta a empezar.

habia vuelto

Aquel día en la ciudad Alba caminaba entre la multitud distraida entre sus pensamientos e ilusiones. Preciosa rubia adolescente con sombra de ojos y flequillo horizontal. Sabia que ya no volvería a reír igual que antes. El mundo se matizaba de colores mustios y oscuros, la ilusión había marchado. Era un triste y frió otoño, y su futuro era tan incierto y tan inimaginable al mismo tiempo... Alba se vio reflejada en uno de los escaparates del centro, apenas se reconoció, sus ojos ya no brillaban como antaño, cuando todavía tenía ilusión por seguir viviendo. Habían sido unos años maravillosos junto a él, hasta que por fruto del azar o del destino se lo habían arrebatado. Un despiste, un fallo, un accidente... habían dejado a Víctor enganchado a una maquina para mantenerse con vida, inconsciente nadie sabia si despertaría ni cuando lo haría. Tras varias semanas sin separarse de él Alba ya no sabía que hacer pues llevaba ya sin verle varios días. Y tras pensar en lo mucho que se querían Alba se maldijo a si misma y hecho a correr a la vez que lloraba. Llegó al hospital y subió por las escaleras hasta su planta y justo al llegar a su habitación, allí en su camilla, le vio despertar. Había vuelto a abrir los ojos una vez más, le había vuelto a mirar y ella entre lágrimas le había vuelto a decir que le quería que no le abandonaría jamás. Había vuelto a la vida, había vuelto la magia.