Si eres guap@, no hace falta que te arregles, si no lo eres, es difícil que tenga arreglo.Behind the wisdom
domingo, 31 de octubre de 2010
dilema estético
Para todas aquellas personas víctimas del dilema estético, que se plantean que ponerse para ligar, para llamar la atención y no se dan cuenta de que la apariencia termina siendo algo secundario:
sábado, 30 de octubre de 2010
Se trata de lo que se trata
Jamás me vais a ver juntar mis problemas personales con mis textos, estaré triste y escribiré cosas felices, estaré feliz y escribiré cosas tristes, sin importarme nada más, elegiré un tema sobre el que escribir y escribiré sobre ello, siempre intentando mostrar algo que no se suele ver a primera vista. Como ya dije en el primer artículo cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, solo se trata de crear, de llenar poco a poco un espacio con historias puramente ficticias que es posible que se hayan dado en la realidad alguna vez, también es posible que no hayan ocurrido nunca. En ocasiones entiendo que ni siquiera voy a cambiar mi propia visión del mundo con lo que escribo, pero que le voy a hacer si al fin y al cabo solo es ficción. Si alguien se da por aludido con cualquiera de mis escritos, será su problema, que quede claro que yo jamás retrataré a nadie que conozca y mucho menos para desprestigiarlo. Se trata de lo que se trata... o no...
martes, 26 de octubre de 2010
Breve historia de amor.
Darío era un chico inteligente, sacaba todo sobresaliente a pesar de pasarse las horas de clase mirando tímidamente a Sonia. Le gustaba su forma de ser, su discreción y sus finas formas llevaban a Darío a los rincones más inhóspitos de su ser. Ella no era una chica de las que llaman la atención a primera vista, pero veía en ella la delicadeza de un pétalo, la distinción de una princesa salida de un cuento. Pasaba las noches en vela intentando idear planes para hacerle saber a Sonia lo que sentía por ella, sin embargo, su inherente timidez y su inseguridad le impedía llevarlos a cabo. Escribía preciosas cartas de amor que jamás entregaría.
Nunca lo sospechó Sonia, la que a pesar de ser una chica formal, sentía como se le aceleraban cada vez que veía a Fidel por los pasillos, ese chico tan rebelde y tan a su aire que se desinteresaba por el mundo. Le entristecía ver como no le hacía caso, se ponía su ropa favorita para ir al instituto pero ni siquiera le miraba. Nunca había conseguido reunir el valor suficiente como para acercarse a hablar con él, se emocionaba entrando en redes sociales y viendo sus fotos e imaginando lo feliz que seria a su lado.
Fidel, a pesar de las apariencias, hacia poco que empezaba a sentir algo por Andrea, aquella preciosa chica castaña con los ojos color miel sin duda era la más guapa del curso, lucia sus curvas con vaqueros ajustados y escotes provocativos. Estaba a años luz de que se fijara en él, nunca tendría posibilidades con ella ya que era admirada por la inmensa mayoría de chicos del instituto, incluyendo los de cursos superiores. Solo quería una chica guapa que le amara más que a nada en el mundo.
Tenía muchos pretendientes, es cierto, pero Andrea sentía que no le trataban como merecía, solo se fijaban en su físico y estaba harta de que le hicieran daño. Ya eran tantos los que se habían aprovechado de ella que había perdido la cuenta y no pensaba volver a cometer ese tipo de errores. Andrea sabía que necesitaba alguien que le amara de verdad, que le amara por quien es, que le dijera cosas bonitas, alguien como Darío, ese chico inteligente que se sentaba al final de la clase sin decir nada, sabía que alguien como él sabía valorar a las personas.
Los cuatro protagonistas de esta breve historia de amor estaban dispuestos a cambiar lo que fuera por la persona a la que amaban. Era la típica alucinación transitoria característica de muchos adolescentes contemporáneos. Habría sobrado con dar una oportunidad a la persona indicada y habrían sido amados sin necesidad de cambiar en ningún aspecto. Con el paso del tiempo terminarían viendo en esa persona a quien tanto necesitaban. Tenían lo que deseaban justo a su lado, sin embargo, estaban tan cegados intentando conseguir algo sin atreverse del todo. Obsoletos, no supieron ver la oportunidad... no podían quejarse, tampoco la supieron dar.
Nunca lo sospechó Sonia, la que a pesar de ser una chica formal, sentía como se le aceleraban cada vez que veía a Fidel por los pasillos, ese chico tan rebelde y tan a su aire que se desinteresaba por el mundo. Le entristecía ver como no le hacía caso, se ponía su ropa favorita para ir al instituto pero ni siquiera le miraba. Nunca había conseguido reunir el valor suficiente como para acercarse a hablar con él, se emocionaba entrando en redes sociales y viendo sus fotos e imaginando lo feliz que seria a su lado.
Fidel, a pesar de las apariencias, hacia poco que empezaba a sentir algo por Andrea, aquella preciosa chica castaña con los ojos color miel sin duda era la más guapa del curso, lucia sus curvas con vaqueros ajustados y escotes provocativos. Estaba a años luz de que se fijara en él, nunca tendría posibilidades con ella ya que era admirada por la inmensa mayoría de chicos del instituto, incluyendo los de cursos superiores. Solo quería una chica guapa que le amara más que a nada en el mundo.
Tenía muchos pretendientes, es cierto, pero Andrea sentía que no le trataban como merecía, solo se fijaban en su físico y estaba harta de que le hicieran daño. Ya eran tantos los que se habían aprovechado de ella que había perdido la cuenta y no pensaba volver a cometer ese tipo de errores. Andrea sabía que necesitaba alguien que le amara de verdad, que le amara por quien es, que le dijera cosas bonitas, alguien como Darío, ese chico inteligente que se sentaba al final de la clase sin decir nada, sabía que alguien como él sabía valorar a las personas.
Los cuatro protagonistas de esta breve historia de amor estaban dispuestos a cambiar lo que fuera por la persona a la que amaban. Era la típica alucinación transitoria característica de muchos adolescentes contemporáneos. Habría sobrado con dar una oportunidad a la persona indicada y habrían sido amados sin necesidad de cambiar en ningún aspecto. Con el paso del tiempo terminarían viendo en esa persona a quien tanto necesitaban. Tenían lo que deseaban justo a su lado, sin embargo, estaban tan cegados intentando conseguir algo sin atreverse del todo. Obsoletos, no supieron ver la oportunidad... no podían quejarse, tampoco la supieron dar.
lunes, 25 de octubre de 2010
La única frase que les dedicaré
"Tus esfuerzos me premian, mi indiferencia te desacredita."
Behind the wisdom.
miércoles, 20 de octubre de 2010
lunes, 18 de octubre de 2010
Miserables
Lo sé chicos... os he defraudado. He mentido, he traicionado, he especulado... resumiendo, no he tenido ningún reparo en hacer todo lo que ha hecho falta para beneficiarme. No espero ni una pizca de compasión... tampoco la quiero. Me creía un miserable, en cambio ahora, una vez alejado, acabo de darme cuenta de que no soy el único.
Me traicionasteis, con una causa más o menos justificada, pero eso cambió las tornas. Decirme si no en que os diferenciáis de mi? Os mentís entre vosotros a diario creando una red de engaños y de falsas realidades. Esperáis a que alguien no esté presente para darle un baño de críticas y eso os hace sentir mejor. Al menos yo sabía que se hablaba de mi a mis espaldas y no me hacia el sordo, lo afrontaba, que ironía que la decisión adecuada en este caso sea hacer como que todo eso no existe. Sonreír a quien os ha dado una puñalada se convierte en un hecho cotidiano.
Tratáis de mantener una fachada de una casa repleta de carcoma en su interior. Me alegra que te complazca mirarme como a un fracasado, que te compares conmigo y te sirva de consuelo estar mejor posicionado socialmente, yo también estuve en tu lugar y te aseguro que simplemente te autoconvences y miras hacia otro lado. Pues en esta época de egoísmo nadie va a mirar por ti antes que por sí mismo. Me alegro de haberme alejado de vuestro engaño y de vuestras falsas ilusiones, ahora se algo que antes solo decía por decir y es que los amigos de verdad se cuentan con los dedos y aún te sobra una mano. Ahora soy yo el que observa y os ve como a fracasados porque ahora soy yo la buena persona y vosotros los miserables.
Me traicionasteis, con una causa más o menos justificada, pero eso cambió las tornas. Decirme si no en que os diferenciáis de mi? Os mentís entre vosotros a diario creando una red de engaños y de falsas realidades. Esperáis a que alguien no esté presente para darle un baño de críticas y eso os hace sentir mejor. Al menos yo sabía que se hablaba de mi a mis espaldas y no me hacia el sordo, lo afrontaba, que ironía que la decisión adecuada en este caso sea hacer como que todo eso no existe. Sonreír a quien os ha dado una puñalada se convierte en un hecho cotidiano.
Tratáis de mantener una fachada de una casa repleta de carcoma en su interior. Me alegra que te complazca mirarme como a un fracasado, que te compares conmigo y te sirva de consuelo estar mejor posicionado socialmente, yo también estuve en tu lugar y te aseguro que simplemente te autoconvences y miras hacia otro lado. Pues en esta época de egoísmo nadie va a mirar por ti antes que por sí mismo. Me alegro de haberme alejado de vuestro engaño y de vuestras falsas ilusiones, ahora se algo que antes solo decía por decir y es que los amigos de verdad se cuentan con los dedos y aún te sobra una mano. Ahora soy yo el que observa y os ve como a fracasados porque ahora soy yo la buena persona y vosotros los miserables.
sábado, 9 de octubre de 2010
Que somos??
"Somos el resultado de una combinación de genética y sicología que son el resultado de una química y de una física que no sabemos muy bien de que son resultado."
Behind the wisdom
miércoles, 6 de octubre de 2010
No tiene sentido...
Ese día me di cuenta que me había enamorado de quien no correspondía, como un maniaco, había visto en sus tentativas cosas que no debí haber visto. Me di cuenta tarde que solo era uno más para ella, un chico del montón, una especie de amigo al que contarle todo y decirle "te quiero", unas palabras vacías de sentimientos que se colaron entre mis neuronas y por unos momentos me hicieron sentir especial. Sin duda no interpreté las emociones como antes, me repugnaba la artificialidad de los sentimientos que proyectaba hacia mí, me sentía engañado, como cuando te cuelan un farol en una partida de póquer. Aquel día escuche mi corazón partirse por la mitad como un folio de papel, sentí como si, materializado en cristal, mi orgullo se estampara como un meteorito contra el suelo haciéndose añicos. Pero ya era demasiado tarde, la llama que se encendió prendió la vela que alumbraría mis instintos para abandonar mi sentido racional sumido en la oscuridad, sin ningún motivo. Una persona superior a todos aquellos a los que haya podido mirar juntos, un chaval fuera de sus posibilidades, el que ahora mismo ríe al escribir y darse cuenta que quizá le haya ido bien, que de donde no hay no se puede sacar. Si no supo elegir, quien sabe si algún día tendrá estudios, o algo de provecho que hacer, entre sus chulescas compañías quizá la vida jamás le trate bien. Si acertó... por favor, eso no tiene sentido.
lunes, 4 de octubre de 2010
Le debo mucho
Jamás pude imaginar que semejante belleza se escapara a la percepción de tantos individuos sumidos en la rutina, mas no pude evitar fijarme. Llevaba un día de perros. Las tareas, ahora obligadas de la universidad y mis entrenamientos apenas me dejaban respirar. Por suerte, durante la espera del último metro de la noche tuve algo de tiempo para reflexionar y zambullirme entre mis variopintos pensamientos. Quizá por casualidades, quizá por azar, la combinación de neuronas por las que circulaban estímulos en ese momento orientaron mis pensamientos hacia una pregunta concreta: donde encontraría la belleza?
Me situaba en un mar de pensamientos estúpido y de sandeces intrínsecas. Sin haberme dado cuenta ya había subido al metro y estaba de vuelta a casa en aquel triste convoy en el que ambulábamos como almas en pena.
Alzar la vista y verla me hizo pensar. Estaba delante de mí, era una niña de unos dieciséis años que parecía haberse arreglado para quedar con alguien especial. Aparentemente no todo había ido bien, llevaba su sombra de ojos difuminada por toda la cara y se intuían lágrimas negras deslizándose por sus mejillas. Parecía normal que le rechazaran, no parecía guapa, ni lista, ni delgada, ni adinerada, pero me hizo ver que tenía una historia detrás de ella.
Y allí estaba yo, mirando los brillantes ojos de aquella chica cabizbaja que según más de algún entendido en moda le sobrarían algunos kilos. Y allí encontré la belleza, pero no estaba solo en ella sino detrás de cada persona y de cada historia, de cada anécdota. Y esto es lo que nos hace a todos especiales e iguales a la vez, algo completamente normal. Le miré justo antes de bajar, me miro y le sonreí, ella apenas cambio la expresión de su rostro. No sé cómo se llama, no sé quién es, pero le debo mucho, le debo todo lo bello de este mundo.
Me situaba en un mar de pensamientos estúpido y de sandeces intrínsecas. Sin haberme dado cuenta ya había subido al metro y estaba de vuelta a casa en aquel triste convoy en el que ambulábamos como almas en pena.
Alzar la vista y verla me hizo pensar. Estaba delante de mí, era una niña de unos dieciséis años que parecía haberse arreglado para quedar con alguien especial. Aparentemente no todo había ido bien, llevaba su sombra de ojos difuminada por toda la cara y se intuían lágrimas negras deslizándose por sus mejillas. Parecía normal que le rechazaran, no parecía guapa, ni lista, ni delgada, ni adinerada, pero me hizo ver que tenía una historia detrás de ella.
Y allí estaba yo, mirando los brillantes ojos de aquella chica cabizbaja que según más de algún entendido en moda le sobrarían algunos kilos. Y allí encontré la belleza, pero no estaba solo en ella sino detrás de cada persona y de cada historia, de cada anécdota. Y esto es lo que nos hace a todos especiales e iguales a la vez, algo completamente normal. Le miré justo antes de bajar, me miro y le sonreí, ella apenas cambio la expresión de su rostro. No sé cómo se llama, no sé quién es, pero le debo mucho, le debo todo lo bello de este mundo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)